Situado en uno de los edificios más emblemáticos de Madrid, este apartamento de 238 m² combina la grandeza arquitectónica con un refinamiento moderno. Construido en 1920, el edificio está impregnado de historia y ostenta una elegancia atemporal. Su impresionante fachada y las áreas comunes meticulosamente preservadas —completas con un clásico ascensor de madera y detalles de época— reflejan su herencia. Anteriormente hogar del estimado pintor español Eduardo Rosales, esta propiedad lleva un legado de importancia artística y cultural, añadiendo una capa de prestigio a su dirección.
La residencia en sí ha sido transformada en una obra maestra por un arquitecto renombrado, fusionando el lujo contemporáneo con el encanto histórico del edificio. Cuenta con tres amplios dormitorios, dos baños bellamente equipados y un aseo para invitados, todo ello elaborado con materiales premium y equipado con electrodomésticos de última generación. Cada elemento es completamente nuevo y viene con garantías, ofreciendo el equilibrio perfecto entre estilo y tranquilidad.
Con una distribución pensada, la cocina, el salón, el comedor y la sala de TV/estudio están orientados hacia el exterior, creando espacios amplios y luminosos ideales para entretener o relajarse. Al fondo, una área exterior privada proporciona un retiro tranquilo, mientras que un trastero añade practicidad a la experiencia de vida lujosa.
La renovación muestra una sofisticada combinación de materiales, creando una estética cálida pero elegante. Ubicado en una calle tranquila en Justicia, el edificio combina serenidad con proximidad a la vibrante escena cultural y social de Madrid. Justicia es celebrada por sus tiendas boutique, su alta cocina y su belleza arquitectónica, lo que la convierte en uno de los barrios más codiciados de la ciudad.
Esta es una oportunidad rara para vivir en una propiedad que no solo ofrece lujo moderno sino que también reside dentro de un edificio rico en historia y significado cultural.